Caídas en ancianos.

Aproximadamente el 30% de los adultos de 65 años o más experimentan al menos una caída al año.

Sin embargo, las caídas no son una parte inevitable del envejecimiento.

En 2022 se publicó la Guía Mundial para la prevención y el tratamiento de caídas en adultos mayores: una iniciativa mundial que describe las mejores prácticas para evaluar el riesgo de caídas y prescribir intervenciones prácticas centradas en la persona que aborden la movilidad; función sensorial, cognitiva y autónoma; y problemas médicos activos, medicamentos, riesgos ambientales y actividades de la vida diaria.

Aquí el resumen:

  • Realizar pruebas rutinarias de riesgo de caídas en adultos mayores que viven en la comunidad preguntándoles sobre caídas anteriores (grado 1A) y evaluando sus preocupaciones sobre caídas futuras (grado 1B).

Racionalidad:

La recomendación de preguntar sistemáticamente sobre las caídas en adultos mayores que viven en la comunidad reconoce que es poco probable que muchos pacientes informen sobre caídas, aunque las intervenciones pueden reducir la recurrencia.

Casi el 70% de las caídas no se notifican por diversas razones, incluido el estigma percibido y la falta de fiabilidad del recuerdo de la caída por parte del paciente.

Cualquier antecedente de caídas o preocupación por caídas autoinformada debe impulsar la estratificación del riesgo con pruebas de marcha y equilibrio.

 

  • Utilizar la velocidad de la marcha para predecir el riesgo de caídas (grado 1A).

Racionalidad:

La prueba de velocidad de la marcha, una de las muchas herramientas de evaluación, tiene la mayor evidencia que respalda su uso para identificar un mayor riesgo de caídas en adultos mayores.

Los expertos de la guía recomendaron medir la velocidad de la marcha a lo largo de 4 m al ritmo normal de la persona en una superficie nivelada, con un umbral de < 0,8 m/s para diferenciar a los pacientes de bajo riesgo de los de riesgo intermedio que tienen un mayor riesgo de caída.

En una cohorte prospectiva de adultos que vivían en la comunidad, aquellos con la velocidad de marcha más alta tenían un riesgo relativo menor de caídas en comparación con aquellos con la velocidad de marcha más baja (RR = 0,23; IC del 95 %, 0,11 a 0,5). En la misma cohorte, la velocidad media de marcha de aquellos que no se cayeron fue de 0,80 m/s, en comparación con 0,67 m/s de las personas que se cayeron.

  • Ofrecer intervenciones multidominio, basadas en una evaluación multiprofesional y multifactorial del riesgo de caídas para adultos mayores con alto riesgo de caídas (grado 1B).

Racionalidad:

Se debe brindar prevención primaria a los adultos con bajo riesgo de caídas, aquellos que no han tenido caídas en los 12 meses anteriores y que no tienen ningún deterioro en la velocidad de la marcha. La prevención primaria incluye educación sobre prevención de caídas, asesoramiento sobre actividad física y reevaluación anual de cambios en los factores de riesgo.

Los adultos mayores de alto riesgo, aquellos que sufrieron una caída grave en los 12 meses anteriores, deben someterse a una evaluación integral de los factores de riesgo de caídas.

Las intervenciones contra el riesgo de caídas deben incorporar al menos 2 de los siguientes:

(1) revisión de la medicación, (2) ejercicios de fuerza y ​​equilibrio, (3) tratamiento de la hipotensión ortostática, la incontinencia, los problemas de los pies y otras afecciones agudas/crónicas, (4) optimización de la visión, la audición y la nutrición, y (5) mejoras en la seguridad del hogar, como reemplazo de muebles, eliminación de alfombras y uso de dispositivos de asistencia, como pasamanos y ayudas para caminar.

Una revisión sistemática y un metanálisis en red de 192 ensayos aleatorios y cuasiexperimentales con 104 638 participantes evaluaron una variedad de intervenciones para disminuir las caídas, como el uso de tecnología de asistencia, la evaluación básica de caídas y la evaluación y modificaciones ambientales.

Todas las intervenciones agrupadas se asociaron con una reducción de la tasa de caídas (cociente de riesgos = 0,87 [IC del 95 %, 0,80 a 0,95])

Las personas de 75 años o más fueron las más beneficiadas. Sin embargo, no hubo diferencias estadísticas en el número de participantes que se cayeron (riesgo relativo = 0,95 [IC 95 %, 0,89-1,01]).

  • Realizar una revisión de la medicación y deprescribir adecuadamente los fármacos que aumentan el riesgo de caídas, como parte de las intervenciones multidominio de prevención de caídas (grado 1B).

 

  • Recomendar programas de ejercicio individualizados de intensidad progresiva que incluyan sesiones de ejercicio funcional y para mejorar el equilibrio 3 o más veces por semana durante al menos 12 semanas para la prevención de caídas en todos los adultos que viven en la comunidad (grado 1A).

 

Referencia:

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