Extracto del libro “Niñez y adolescencia: Manual de atención médica ambulatoria” Autores: grupo de médicos del Servicio de Clínica Pediátrica y el Servicio de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital Italiano de Buenos Aires. Edición 2024
GENERALIDADES
Es una infestación cutánea del ser humano ocasionada por Pediculus humanus variedad capitis (conocido como piojo de la cabeza). También existen, y son menos comunes en los niños, los Pediculus humanus variedad corporis (piojo del cuerpo) y Phthirus pubis (piojo de la región genital o ladilla).
La pediculosis presenta alta prevalencia mundial, siendo muy frecuente en niños entre 4 y 10 años y más común en mujeres. No suele tener relación con nivel socioeconómico o cultural, tampoco con falta de higiene, pero suele ser más frecuente en condiciones de hacinamiento. Es muy contagiosa. La mayor fuente de contagio es el contacto directo (cabeza con cabeza) pero también puede producirse a partir de fomites al compartir peines, sombreros, toallas, sábanas, auriculares, etc. Constituye un problema de Salud Pública que se relaciona con días de colegio perdidos, ausentismo laboral, ansiedad en niños y adultos y, en algunos casos, considerable uso de dinero y recursos.
El piojo no puede volar ni saltar. Se alimenta de sangre en el cuero cabelludo y el cuello (donde vive hasta cuatro a seis semanas) y tiene la capacidad de sobrevivir entre uno a tres días sobre otras superficies o incluso en el agua clorada. La hembra suele colocar entre 6 y 10 huevos (llamados liendres) por día; de los cuales, alrededor de diez días después, salen las ninfas, que pasan por tres estadíos y finalmente se convierten en el piojo adulto.
EVALUACIÓN
El diagnóstico debe considerarse ante toda consulta por prurito del cuello, nuca y detrás de las orejas y se confirma con la visualización de piojos vivos (adultos o ninfas) y/o liendres de color grisáceo o beige adheridas a menos de un centímetro de la raiz del pelo (la liendres a más distancia están vacías y son blanquecinas y suelen encontrarse a mayor distancia de la raiz). Es frecuente observar eritema, lesiones secundarias al rascado, áreas de eccema e incluso, impetiginización, que pueden extenderse a la nuca, el cuello, las orejas y la espalda. Estas lesiones pueden asociarse a pápulas eritematosas y/o a adenopatías occipitales. El prurito, en algunas ocasiones, puede estar reemplazado por un cosquilleo o sensación de que algo se mueve en la cabeza. En forma menos frecuente, por microtrauma y uso repetidos de productos agresivos, puede asociarse a cabello dañado, seco, opaco y hasta zonas de alopecía.
Foco de dificultad (FD) : las liendres pueden confundirse con otros elementos como caspa o vainas de queratina. El piojo podría llegar a confundirse con otros insectos. En los casos en los que hay gran afectación cutánea, debería diferenciarse de la dermatitis seborreica, psoriasis, tiña capitis e impétigo, principalmente.
MANEJO
El objetivo del tratamiento es matar a los piojos, eliminar las liendres y desinfestar objetos.
El tratamiento farmacológico de elección es la permetrina al 1% que viene sola o asociada a butóxido de piperonilo, en presentaciones de shampoo, crema o lociones. Es apta a partir de los dos meses de edad. Debe aplicarse sobre cabello seco y enjuagar a los 10 minutos con agua fría; suele dejar un efecto residual que dura unos días y es contrarrestado si se usa en conjunto con vinagre por lo cual, se desanconseja el uso concomitante.
FD: si luego de 12 a 24 horas de la aplicación del producto, se encuentran piojos vivos que se desplazan normalmente, se debería sospechar resistencia al pediculicida. Otra causas podrían ser una mala aplicación del tratamiento o haber tenido contacto con otras personas infestadas.
Como alternativa también pueden aplicarse agentes físicos como vaselina sólida, aceites vegetales y derivados de la silicona que actúan generando asfixia en el piojo y no tienen toxicidad. Deben aplicarse por la noche, utilizando una gorra plástica que cubra el pelo y enjuagarse por la mañana (se recomienda como tratamiento de elección en los casos de pediculosis pubis o ubicada en pestañas, particularmente en niños).
Orientación para el paciente (OP): como la mayoría de los productos disponibles no son 100% ovicidas, siempre es necesario asociar el uso de peine fino en forma periódica y de manera meticulosa, si es posible todos los días (por ejemplo a la salida del colegio) y previamente enjuagar el pelo con acondicionador o vinagre diluído al 30% en agua tibia o fría para facilitar la extracción.
En el caso de pacientes mayores de dos años que no pudieran realizar tratamiento tópico, podrían realizarse tratamientos orales con cotrimoxazol (trimetoprima-sulfametoxazol) 10 mg/kg/día durante 3 días o ivermectina 0.2 mg/kg única dosis. Tener en cuenta que la ivermectina no es ovicida por eso debe repetirse la dosis a los diez días.
OP: es muy importante inspeccionar a todos los contactos cercanos, familiares, convivientes y/o compañeros de colegio para comenzar el tratamiento en forma simultánea así como realizar la limpieza de la vestimenta, la ropa de cama y los distintos objetos que hubieran sido utilizados hasta en los dos días previos al diagnóstico, usando agua caliente y planchado. De no ser posible, se recomienda guardarlos en una bolsa bien cerrada durante siete a diez días. Además se sugiere aspirar bien las superficies. No es necesario tratar en forma preventiva a los contactos no infectados, salvo aquellos que compartan la misma cama.
Para prevenir el contagio, algunos autores recomiendan colocar en el cabello vinagre o cuasia amarga antes de ir al colegio, como repelentes. Además se aconseja el uso de pelo corto o recogido. Resulta fundamental la educación de padres y maestros para lograr la detección lo más temprana posible, así como de los niños para evitar compartir gorros, bufandas, etc.
OP: si bien es recomendable repetir el tratamiento a los 7 o 14 días, los niños pueden retomar sus actividades habituales después de cumplir el primer tratamiento. el prurito y el eritema se generan como consecuencia de una reacción alérgica a la saliva del piojo, que suele tener una latencia de algunas semanas (por eso los síntomas pueden persistir unos días a pesar de la erradicación).
Para facilitar el uso de ivermectina, he aquí un cuadro de dosificación basado en la dosis de 0.2 mg/kg/ dosis en toma única que deberá repetirse entre los 7 y 10 días:
Peso en Kilogramos | Comprimidos de 6 mg |
15 a 20 | ½ comprimidos |
21 a 40 | 1 comprimidos |
41 a 50 | 1 comprimido y medio |
51 a 70 | 2 comprimidos |
71 a 80 | 2 comprimidos y medio |
81 a 100 | 3 comprimidos |
101-110 | 3 comprimidos y medio |
111-120 | 4 comprimidos |