En principio vamos a aclarar que desde el punto de vista médico el diagnóstico de «ataque al hígado» como tal no existe. Diferentes circunstancias pueden ser catalogadas bajo esta denominación por las personas y habría que evaluar cada caso en particular para entender de qué estamos hablando. Desde simples malestares digestivos transitorios hasta episodios como cólicos biliares, hepatitis o situaciones de consumo excesivo de alcohol pueden ser interpretados como posibles ataques al hígado, pero en este texto queremos referirnos a un problema que muy frecuentemente es vinculado a este supuesto diagnóstico y que vale la pena identificar dado que su alivio se logra una vez que lo abordamos con un tratamiento adecuado, nos estamos refiriendo a la migraña.
Muchas personas dicen tener una ataque al hígado cuando presentan dolores de cabeza intensos acompañados de síntomas digestivos, sin embargo la mayoría de las veces estos síntomas no están relacionados con la función hepática.
Cuando observamos que de manera repetitiva cada vez que tenemos un malestar digestivo presentamos un dolor de cabeza intenso, lo más probable es que estemos frente a una migraña, donde el dolor de cabeza es el síntoma principal, pudiendo acompañarse de nauseas y vómitos.
Una migraña es usualmente un dolor de cabeza excesivamente intenso que puede durar varias horas o días. El dolor es generalmente punzante y empeora gradualmente, pudiendo a veces interrumpir la realización de las actividades diarias. Casi cualquier movimiento, actividad, las luces brillantes o los ruidos fuertes pueden empeorar el dolor. Se acompaña frecuentemente síntomas digestivos.
Algunas personas refiere que el ataque al hígado resuelve utilizando medicaciones de venta libre que vienen combinadas, en general son antiespasmódicos asociados a analgésicos (por ejemplo, sertal compuesto® o buscapina compositum®), interpretamos que el alivio viene de la mano del analgésico más que del antiespasmódico. La importancia del diagnóstico radica en poder realizar un tratamiento adecuado, sobre todo para aquellas personas que presentan estos síntomas de forma severa y frecuente.
El tratamiento de las migrañas involucra varias estrategias, identificar desencadenantes, proporcionar tratamiento para el alivio y evaluar si es pertinente incorporar tratamientos profilácticos (preventivos) que disminuyan la frecuencia y severidad de los episodios. Más información sobre este problema puede encontrarse el artículo sobre «Dolor de cabeza, cefalea tensional y migraña».
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