Una quemadura es una lesión en la piel u otro tejido orgánico causada principalmente por la acción de agentes físicos, químicos o biológicos. Puede producir una morbilidad persistente derivada de las cicatrices antiestéticas, secuelas funcionales y psicológicas.
Son más frecuentes en varones de 2 a 4 años y las localizadas en extremidades superiores, cabeza y cuello. La mayoría ocurren en el domicilio (cocina). El 80-90% son producidas por agentes térmicos (escaldaduras) y no hay que olvidar que hasta 10% de los niños maltratados presentan quemaduras (el tipo habitual es la quemadura por inmersión).
Las quemaduras suelen generar reacciones inflamatorias locales, dando lugar a la aparición de edema, flictenas y exudado seroso. De acuerdo a su intensidad, extensión y profundidad, también pueden producir deshidratación, hipotermia e infecciones.
En quemaduras mayores de 10% de superficie corporal (SC), ocurre una reacción de aumento de la permeabilidad capilar, ya no en el área quemada, sino, generalizada a todos los órganos. Esto origina una extravasación de proteínas y, con ellas, líquido al compartimiento extravascular que, junto a los mediadores inflamatorios, da como resultado la formación de edema en el tejido no quemado.
La piel de los niños es hasta 15 veces más fina que la de los adultos; por ese motivo, se quema a temperaturas más bajas y la lesión alcanza mayor profundidad.
Según su profundidad las quemaduras se clasifican en:
- Epidérmicas (1er grado): afectan la epidermis, provocando eritema y dolor. No alteran la integridad de la piel y curan en menos de 7 días espontáneamente.
- Dérmicas (2do grado) superficiales: interesan al tercio superior. Generan ampollas intactas sobre fondo rosado. Cursan con exudado y dolor, curan en menos de 3 semanas (si no hay complicaciones).
- Dérmicas (2do grado) profundas: se observan ampollas secas o rotas sobre fondo pálido. Pueden afectar terminales nerviosas, por lo tanto pueden no doler.
- Subdérmicas (3er grado): interesan toda la piel y generan escaras que pueden extenderse a tejidos profundos. No son dolorosas, pero dejan secuelas y pueden tardar meses en curar con tratamiento.
El aspecto de la lesión debe coincidir con la sensibilidad del paciente. Si existen dudas, revalorar la lesión en 24 horas.
- Test de la aguja: valorar la sensibilidad pinchando con una aguja o con el capuchón de la aguja, alternando. Si lo distingue claramente sin mirar con qué objeto se le está tocando, la quemadura es superficial. En caso contrario, es profunda.
- Signo del pelo: consiste en tirar de los pelos que queden en la zona quemada, si ofrecen resistencia o causa dolor, la raíz del pelo no está afectada, la quemadura es dérmica superficial. En caso contrario, es dérmica profunda.
Es posible que algunas quemaduras dérmicas superficiales o profundas, al inicio no presenten ampollas, por lo que ante duda diagnóstica es recomendable revalorar la quemadura al cabo de unas horas.
Extensión de la lesión: se mide usando toda la mano del niño (palma y dedos). La mano del niño equivale al 1% de la superficie corporal. Si bien es fácil de estimar, es menos precisa ante quemaduras muy extensas.
Regla del 9% de Wallace: consiste en asignar múltiplos de 9 a diferentes zonas corporales. Es más útil para calcular grandes extensiones de quemaduras.
Manejo:
- Quemaduras leves (primer y segundo grado, compromiso de menos del 10% de la SC): manejo ambulatorio.
- Quemaduras moderadas (segundo grado con compromiso del 10 a 20% de la SC o tercer grado con compromiso menor del 10%) o en menores de un mes de edad o quemadura eléctrica leve: derivación a guardia. Puede requerir evaluación por cirugía.
- Quemaduras severas (segundo grado con compromiso mayor del 20% o tercer grado con compromiso mayor del 10% o compromiso de cara, ojos, oídos, manos, pies, genitales, articulaciones o quemaduras eléctricas o por inhalación): derivación al hospital, centro del quemado, unidad de terapia intensiva.
Bibliografía:
– Herndon D. Total Burn Care. 5a ed. Edinburgh: Elsevier Inc.; 2018.
– Organización Mundial de la Salud (2018). Quemaduras. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs365/es/.