Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) representan un motivo de preocupación en aumento en las últimas décadas. Son un conjunto de enfermedades que se manifiestan con una alteración en los hábitos alimentarios y una intensa preocupación por el peso o la figura que reflejan el compromiso psicológico del paciente.
Tienen gran impacto en la salud y en la calidad de vida de la población adolescente y joven y en la de sus familias. Hoy se distinguen diversas formas clínicas, pero quizás la más grave y conocida, por victimizar a modelos, bailarinas y diferentes deportistas famosas, es la Anorexia Nerviosa (AN). Por suerte es de las menos frecuentes.
Cuando las mujeres disminuyen significativamente de peso sus ciclos menstruales se alteran, se vuelven irregulares y pueden desaparecer. Por eso, hasta hace poco, la amenorrea era un criterio necesario para hacer diangóstico de AN.
Si embargo, esta postura ha sido revisada y se eliminó la amenorrea como criterio diagnóstico de AN porque al utilizarlo se excluye a la mujeres premenárquicas, (la enfermedad se está presentando en mujeres más jóvenes), a las que consumen anticonceptivos, a las que siguen menstruando a pesar de la desnutrición y a los varones.
De todos modos, aunque ya no se considera para el diagnóstico, se sigue teniendo en cuenta porque como signo clínico es muy valioso.
Les recordamos que los adolescentes con AN presentan:
- Importante descenso de peso (o su equivalente en la pubertad que es la inadecuada ganancia de peso). Se resisten a lograr un peso normal para su edad y hacen lo posible por seguir descendiendo. Para ello pueden recurrir a la actividad física, los ayunos o las purgas además de los cambios alimentarios.
- Preocupación por la alimentación: la comida toma un valor central en sus vidas, a veces calculan calorías, se interesan por los alimentos y su preparación, cambian los hábitos alimentarios: seleccionan, restringen, desmenuzan, comen a solas, eliminan grupos enteros de alimentos, etc.
- Distorsión de la imagen corporal: se ven excedidos cuando están desnutridos. En ocasiones, no pueden reconocer la severidad del bajo.
A continuación, se mencionan los criterios actuales del DSM-5 para hacer diagnóstico de AN:
A. Restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Peso significativamente bajo se define como un peso que es inferior al mínimo normal o, en niños y adolescentes, inferior al mínimo esperado.
B. Miedo intenso a ganar peso o a engordar, o comportamiento persistente que interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo.
C. Alteración en la forma en que percibe su propio peso o constitución, influencia impropia del peso o la constitución corporal en la autoevaluación, o falta persistente de reconocimiento de la gravedad del peso corporal bajo actual.
Tipo restrictivo: recurren a dieta, ayuno y/o ejercicio excesivo
Tipo con atracones/purgas: presentan episodios recurrentes de atracones o purgas (vómito autoprovocado o utilización incorrecta de laxantes, diuréticos o enemas).
Referencias:
1. Hospital Italiano de Buenos Aires. Servicio de Medicina Familiar y Comunitaria. Medicina familiar y práctica ambulatoria. 3ª ed, Buenos Aires: Panamericana; 2016
2. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 5th Edition. Washington, DC: American Psychiatric Publishing; 2013