El aumento de la producción fetal de una hormona conocida como GDF-15 (factor diferencial de crecimiento 15) está relacionado con náuseas y vómitos durante el embarazo, así como con hiperemesis gravídica.
Las embarazadas que son más sensibles al GDF-15, que puede unirse a los receptores en el cerebro, también eran más propensas a tener náuseas y vómitos.
Además, las mujeres con niveles naturalmente bajos de GDF-15 antes del embarazo tenían más probabilidades de desarrollar hiperemesis gravídica cuando estaban embarazadas.
Aquellas con β talasemia—un trastorno sanguíneo hereditario en el que los niveles basales de la hormona son altos—informan menos náuseas y vómitos durante el embarazo.
Además, los investigadores encontraron que podrían reducir las náuseas en ratones después de tratarlos con una versión de acción prolongada de GDF-15 y luego darles una gran dosis de la hormona más tarde.
Juntos, los hallazgos sugieren que la exposición previa a la hormona podría desensibilizar a las personas al aumento en los niveles de GDF-15 durante el embarazo.
Como resultado, “estrategias que aumentan de manera segura los niveles circulantes de GDF-15 antes del embarazo pueden ser útiles” para prevenir la hiperemesis gravídica.
Referencia:
doi:10.1001/jama.2023.26117