¿Existe un dormir bien?

Hace poco el JAMA acaba de publicar una revisión de un texto anteriormente publicado.

Para las personas sanas, el sueño es una necesidad higiénica para el bienestar; para los enfermos, a menudo es un requisito para recuperar la salud.

La suspensión de la consciencia, una de las características del sueño, puede producirse artificialmente mediante la acción de ciertas drogas que intoxican o inhiben las funciones cerebrales, o mediante la supresión cortical.

La anestesia y el desmayo, respectivamente, ilustran estos fenómenos; por consiguiente, se ha planteado la cuestión de si el sueño participa en algún grado de estas características.

Ciertas observaciones relacionadas con el sueño se han verificado repetidamente.

  • El pulso disminuye;
  • la presión arterial suele descender ligeramente, y
  • se observan cambios significativos en la distribución de la sangre en el cuerpo.

Estudios realizados en personas dormidas parecen indicar que la presión arterial mínima solo se alcanza gradualmente; es decir, rara vez antes de la tercera o cuarta hora.

Dado que el período inicial del sueño suele ser el de mayor estupor, resulta improbable que la disminución de la presión arterial esté estrechamente relacionada con la pérdida de la conciencia. Se han realizado registros detallados de muchas personas, mostrando la ocurrencia del punto sistólico mínimo (101 mm) en la cuarta hora de sueño, un ligero aumento antes de despertar y un aumento abrupto después de despertar hasta un punto igual a la primera hora de sueño.

La presión diastólica muestra una disminución similar, aunque menor.

En estas personas, durante el sueño, la frecuencia cardíaca mostró una disminución paralela en su relación temporal con los cambios de presión.

En consecuencia, argumentan que la disminución de la presión se debe principalmente a la disminución de la frecuencia cardíaca, aunque probablemente esté influenciada en cierta medida por la relajación periférica.

Otros trabajos de  mediciones similares con resultados comparables o incluso inferiores llegaron a la conclusión, sugerida con frecuencia anteriormente, de que los cambios circulatorios son consecuencia del sueño, no causantes de él.

Argumenta que si la caída de presión fuera la causa, entonces la posición reclinada, al ser favorable para la pérdida de tono muscular, debería provocar una caída de presión más pronunciada que la de la posición semierecta, que es más propicia para el sueño.

Sin embargo, en sus experimentos con humanos, la presión y las curvas de presión fueron prácticamente iguales en ambas posiciones, mientras que el proceso de conciliar el sueño no fue más difícil en una posición que en la otra. Esto aporta más pruebas que el proceso del sueño consiste en la eliminación del control neuronal superpuesto y el retorno a una automaticidad funcional más primitiva.

¿Y el sueño profundo?

La diferencia entre un sueño profundo, como el que se acompaña habitualmente de una disminución característica de la presión arterial, y el sueño con componente motor y pesadillas

El mecanismo del aumento de la presión en el sueño perturbado difiere en algunos aspectos del presente en el esfuerzo muscular ordinario, ya que en el primero no existe la acción de bombeo de los músculos activos, que aumenta considerablemente el retorno venoso al corazón.

Los trastornos del sueño con alto componente motor y las pesadillas pueden tener varios impactos cardiovasculares significativos:

Pesadillas y riesgo cardiovascular

Activación del sistema nervioso simpático:

  • Liberación de catecolaminas.
  • Aumento de frecuencia cardíaca y presión arterial.
  • Activación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal.

Consecuencias cardiovasculares:

  • Elevación sostenida de la presión arterial nocturna.
  • Pérdida del descenso fisiológico nocturno de la PA («non-dipping»).
  • Mayor riesgo de arritmias, especialmente fibrilación auricular.
  • Incremento del riesgo de eventos coronarios agudos.

Trastornos del sueño REM con componente motor

Trastorno de comportamiento REM (RBD):

  • Pérdida de la atonía muscular normal durante el sueño REM
  • Movimientos violentos durante los sueños

Riesgos cardiovasculares asociados:

  • Picos hipertensivos durante los episodios
  • Mayor actividad simpática nocturna
  • Riesgo de lesiones que pueden comprometer la función cardiovascular
  • Fragmentación del sueño que afecta la recuperación cardiovascular nocturna

Mecanismos fisiopatológicos

Disfunción autonómica:

  • Alteración del balance simpático-parasimpático
  • Reducción de la variabilidad de la frecuencia cardíaca
  • Activación inflamatoria sistémica

Efectos metabólicos:

  • Resistencia a la insulina
  • Alteraciones en el metabolismo de la glucosa
  • Disfunción endotelial

Poblaciones de mayor riesgo

  • Pacientes con enfermedad cardiovascular preexistente
  • Adultos mayores
  • Personas con trastornos neurodegenerativos (Parkinson, demencia)
  • Pacientes con apnea del sueño concurrente

Implicaciones clínicas

La evaluación cardiovascular en pacientes con estos trastornos del sueño debe incluir monitoreo de presión arterial, evaluación del ritmo cardíaco y consideración de estudios de función autonómica. El tratamiento de los trastornos del sueño puede tener beneficios cardiovasculares adicionales.

Referencia:
doi:10.1001/jama.2024.18963
Journal of the American College of Cardiology (JACC):

Estudios específicos sobre pesadillas y REM:

  1. SLEEP (Oxford Academic):

PMC (PubMed Central):

Estudios sobre mecanismos fisiopatológicos:

  1. PMC Studies:

Loading

Deja un comentario

Carrito de compra
Imprimir
Scroll al inicio