Casi el 5% de todas las visitas de atención primaria en adultos están relacionadas con el dolor de rodilla.

La osteoartritis (OA), el dolor patelofemoral y los desgarros de menisco se encuentran entre las causas más comunes de dolor de rodilla.

Observaciones 

La OA de rodilla, que afecta aproximadamente a 654 millones de personas en todo el mundo, es el diagnóstico más probable de dolor de rodilla en pacientes de 45 años o más que presentan dolor en la articulación de la rodilla relacionado con la actividad con menos o menos de 30 minutos de rigidez matutina (sensibilidad 95%, especificidad 69%).

El dolor femororrotuliano suele afectar a personas menores de 40 años que son físicamente activas y tiene una prevalencia de por vida de aproximadamente el 25%.

La presencia de dolor anterior de rodilla durante una sentadilla tiene una sensibilidad de 91% y una especificidad del 50%  para el dolor patelofemoral.

Los desgarros de menisco afectan casi al 12% de la población adulta y pueden ocurrir después de un traumatismo agudo (p. ej., lesión por torsión) en personas menores de 40 años. Alternativamente, un desgarro de menisco puede ser una afección degenerativa presente en pacientes con OA de rodilla de 40 años o más.

La prueba de McMurray, que consiste en rotación simultánea de la rodilla (interna o externa para probar el menisco lateral o medial, respectivamente) y extensión (Sens 61% y esp 84%), y sensibilidad en la línea articular (83% de sensibilidad; 83% de especificidad) ayuda al diagnóstico de desgarros de menisco.

No se recomiendan las imágenes radiográficas de todos los pacientes con posible OA de rodilla. El tratamiento de primera línea de la OA comprende terapia con ejercicios, pérdida de peso (si tiene sobrepeso), educación y programas de autocuidado para capacitar a los pacientes para que puedan controlar mejor su afección.

Se puede considerar la interconsulta para reemplazo de articulación de rodilla en pacientes con OA en etapa terminal (es decir, espacio articular mínimo o nulo con incapacidad para afrontar el dolor) después de utilizar todas las opciones conservadoras apropiadas.

Para el dolor patelofemoral, se recomiendan ejercicios de fortalecimiento de cadera y rodilla en combinación con ortesis de pie o vendaje rotuliano, sin indicación de cirugía.

El tratamiento conservador (terapia con ejercicios durante 4 a 6 semanas) también es apropiado para la mayoría de los desgarros de menisco.

Para los desgarros traumáticos graves que consisten en tejido meniscal desplazado, es probable que se requiera cirugía.

Para los desgarros de meniscos degenerativos, la terapia con ejercicios es el tratamiento de primera línea; la cirugía no está indicada incluso en presencia de síntomas mecánicos (p. ej., bloqueo, atrapamiento).

Conclusiones y relevancia

La artrosis de rodilla, el dolor patelofemoral y los desgarros de menisco son causas comunes de dolor de rodilla, pueden diagnosticarse clínicamente y pueden asociarse con una discapacidad significativa.

El tratamiento de primera línea para cada afección consiste en un tratamiento conservador, centrado en el ejercicio, la educación y el autocuidado.

 

Referencia:

Artículo publicado en JAMA el 24 de octubre 2023.

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1 comentario en “Gonalgia

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