Hemos escuchado muchas veces que la actividad física genera endorfinas en nuestro cuerpo, más precisamente en nuestro cerebro, y que estas hormonas actúan brindando una sensación de placer y bienestar. Además poseen un efecto muy interesante que es el analgésico, es decir que ante un dolor la liberación de endorfinas provoca alivio.
Sabemos que el ejercicio regular (al menos dos o tres veces por semana) puede ayudarnos a disminuir el estrés y la ansiedad, en gran parte gracias a la producción de endorfinas. No importa mucho qué tipo de actividad se realice, tanto caminar como correr, hacer yoga o danza, o cualquier ejercicio que resulte gratificante son opciones válidas para este propósito.
Las preferencias personales son sumamente importantes a la hora de escoger en qué invertiremos el tiempo para sentirnos mejor. Aunque en general se recomienda fuertemente mantenerse en movimiento, muchas personas tienen mayor interés en otras prácticas, y es bueno saber que muchas de estas también aumentan la producción de endorfinas y de otras hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina, también relacionadas con el bienestar y el placer.
Cantar por ejemplo provoca una descarga de endorfinas similar a cuando nos reímos o comemos chocolate. Las actividades relacionadas con la música, ya sea la danza, la ejecución de un instrumento o simplemente su escucha liberan endorfinas.
Mencionamos la risa en el párrafo anterior como otro estímulo. Participar de los encuentros sociales que favorecen la distención y la recreación así como de actividades que convoquen la risa directamente como el “stand up” incluso la visualización de memes y videos divertidos, son también alternativas. Aquí quizás la única advertencia, es estar atentos a no caer en conductas adictivas con las pantallas.
Algunas personas han recurrido a la acupuntura muchas veces para aliviar el dolor, la liberación de endorfinas con la acción de agujas finas que se aplican en determinados puntos del cuerpo a nivel superficial de la piel puede brindar un efecto analgésico, además de la sensación de bienestar.
El contacto físico, el abrazo, las caricias, los besos y las relaciones sexuales se asocian a la liberación de endorfinas y otras hormonas, que se asocian con el placer y la felicidad. El estado de enamoramiento está ligado también a cambios químicos en nuestros cuerpos.
Muchas personas encuentran un especial bienestar al exponerse a la luz solar o participar de actividades al aire libre, esto sucede porque la luz ultravioleta estimula la liberación de endorfinas en la piel.
La lectura, el cine, el teatro, las actividades relacionadas con el ocio en general, son liberadoras de endorfinas. También la relajación y la meditación estimulan su producción.
En ocasiones, las obligaciones cotidianas o las situaciones de estrés nos llevan a postergar o dejar de lado actividades que de por sí pueden ayudarnos a reducir las tensiones. Si logramos sostener una actividad que estimule la liberación de estas hormonas, veremos a lo largo del tiempo los beneficios fundamentalmente en el estado de ánimo. Tenemos muchas formas de generar endorfinas que podemos explorar para nuestro bienestar.