Pacientes roncadores con apneas leves y adenoideamigdalectomías

El 3-12% de los niños puede tener ronquidos en algún momento de su vida, con o sin apneas. No todos los niños que roncan hacen apenas; y no todos los niños con apneas son roncadores. 

La apnea obstructiva del sueño (AOS) se caracteriza por episodios de obstrucción total o parcial de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que a menudo resulta en anomalías en el intercambio de gases y alteraciones del sueño. La AOS no tratada se asocia con problemas de aprendizaje y de conducta, complicaciones cardiovasculares y problemas de crecimiento. La AOS ocurre en 1-5% de los niños. Puede ocurrir a cualquier edad y puede ser más común entre los dos y seis años de edad.

La hipertrofia adenoamigdalina y la obesidad son los principales factores de riesgo de AOS en niños por lo demás sanos. No hay una correlación clara entre el tamaño de la estructura linfoidea y la obstrucción. Amígdalas o adenoides pequeñas pueden generar AOS.
La obesidad es un factor de riesgo importante pero de mayor implicancia a partir de la adolescencia. 

Y todas las condiciones crónicas neurológicas, musculares, dentales y anatómicas que puedan afectar la ventilación aérea de la vía aérea superior puede generar AOS. 

Las apneas pueden observarse también junto a respiración bucal, respiración ruidosa, y con  tos. Con menos frecuencia puede asociarse a parasomnias.

Entre los síntomas diurnos, la somnolencia, cansancio, fatiga o siestas inapropiadas son mucho menos frecuentes que entre los adultos. Los trastornos de conducta y del aprendizaje son la manifestación más característica. 

El síndrome de AOS severo se asocia también a problemas del crecimiento, en peso y talla, porque se puede alterar la tolerancia a la alimentación y la secreción de hormona STH. La asociación entre AOS y hipertensión arterial, o de la arteria pulmonar en niños es mucho más imprecisa.

Ante la sospecha de la presencia de este síndrome, el método diagnóstico gold standard es la polisomnografía. El tratamiento es muy diferente según la gravedad del caso. Los niños con AOS leve pueden ser seguidos inicialmente con conducta expectante o terapias médicas durante hasta seis meses, mientras que los niños con AOS grave requieren un tratamiento más rápido con adenoamigdalectomía o CPAP.

Pero lamentablemente la amigdalectomía o adenoidectomía se están usando cada vez con mayor frecuencia en los casos leves a moderados, y no se conoce la verdadera utilidad de la recomendación. Un grupo de trabajo diseñó un estudio para evaluar esta situación.

 

Objetivos

Evaluar si los niños con trastornos respiratorios leves se benefician de someterse a la adenoamigdalectomía temprana, comparada con la conducta expectante, en relación al desarrollo, conducta, salud general y características polisomnográficas.


Diseño, lugar y participantes

Se hizo un ensayo clínico aleatorizado que incluyó a 459 niños de 3 a 12,9 años con ronquidos y un índice de apnea-hipopnea obstructiva (IAH) inferior a 3; pertenecientes a 7 centros de salud de EE. UU., desde junio de 2016 hasta febrero de 2021, y fueron seguidos durante un año. Los pacientes se asignaron al azar a participar del grupo intervención (N=231) o de grupo observación (n=228). 

 

Outcomes 

Los resultados primarios medidos fueron el cambio en el score de puntuación ejecutiva global (GEC) y de una escala que clasifica conducta y comportamiento de la función ejecutiva (BRIEF) informada por el cuidador; y una prueba digital de atención, la puntuación de detección de señal d-prime de la prueba Go/No-go (GNG), que refleja la probabilidad de respuesta a estímulos objetivos frente a estímulos no objetivos.

Otros resultados secundarios fueron los cambios en el desarrollo neurológico, conducta, la calidad de vida, el sueño y los resultados de salud.
La edad media fue de 6,1 años; 230 eran mujeres [50%]; 123 negros/afroamericanos [26,9%]; 75 hispanos [16,3%]; mediana del IAH, 0,5 [RIQ, 0,2-1,1]), 394 niños (86%) completaron las visitas de seguimiento.


Resultados

No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los 2 grupos en la función ejecutiva (puntuaciones T BREVE GEC: −3,1 para adenoamigdalectomía frente a −1,9 para conducta expectante; diferencia, −0,96 [IC del 95 %, −2,66 a 0,74]) o atención (puntuaciones GNG d-prime: 0,2 para adenoamigdalectomía frente a 0,1 para el grupo observación; diferencia, 0,05 [IC del 95 %, −0,18 a 0,27]) a los 12 meses.

Los problemas de conducta, la somnolencia, los síntomas y la calidad de vida mejoraron más con la adenoamigdalectomía que con la conducta expectante.

La adenoamigdalectomía se asoció con una mayor disminución a los 12 meses en los niveles percentiles de TA (diferencia en los cambios, −9,02 [IC del 97 %: −15,49 a −2,54] y −6,52 [IC del 97 %: −11,59 a −1,45] , respectivamente) y menor progresión del IAH a más de 3 eventos/h (1,3% de los niños en el grupo de adenoamigdalectomía en comparación con 13,2% en el grupo observación; diferencia, -11,2% [IC del 97%, -17,5% a – 4,9%]).
Seis niños (2,7%) experimentaron un evento adverso grave asociado con la adenoamigdalectomía.

 

Conclusiones

En niños con trastornos respiratorios leves del sueño (TRS), la adenoamigdalectomía, en comparación con la conducta expectante, no mejoró significativamente la función ejecutiva o la atención a los 12 meses. Sin embargo, tuvieron mejores resultados secundarios, incluidos el comportamiento, los síntomas y la calidad de vida, y una disminución de la presión arterial y el IAH, en un seguimiento anual.

 

Comentarios
La adenoamigdalectomía es el tratamiento de primera línea para los niños con este trastorno. Sin embargo, existen datos limitados que respalden o refuten los beneficios de esta cirugía para niños con formas leves de la enfermedad. Y además existen datos de que si se cae en el sobretratamiento con estos procedimientos, entre los pacientes con patología compleja de base, la mortalidad es mayor. En cambio en los niños con cuadros de AOS moderados a severos los beneficios de la intervención son más contundentes. La relevancia de este trabajo es que los cuadros leves, son los más prevalentes, y esta población es la que corre más riesgo de sobrediagnóstico y sobretratamiento. 

Aunque los niños en este estudio fueron identificados por ronquidos informados por el cuidador y eventos obstructivos poco frecuentes en la polisomnografía, la mayoría tenía al menos una puntuación elevada en varios cuestionarios validados de síntomas, o comportamiento, y de trastornos respiratorios leves del sueño (TRS). Se necesitan investigaciones futuras para desarrollar instrumentos de detección fáciles de usar para identificar qué niños tienen más probabilidades de beneficiarse de la adenoamigdalectomía en comparación con la conducta expectante.

No hay evidencia por ahora que los niños roncadores sin trastornos respiratorios del sueño o del desarrollo no se benefician de la conducta quirúrgica. En los niños que presenten trastornos de la conducta o de la atención, o excesiva somnolencia, con AOS leve aparentemente habría beneficio de intervenir, pero aún la evidencia es poco consistente.
En estos casos, el cirujano, con el niño y su familia, según sus valores y preferencias, mediante un proceso de decisiones compartidas, y usando la mejor evidencia posible, deberían evaluar el riesgo/beneficio, la morbilidad asociada, el costo y la rentabilidad en comparación con la conducta expectante.

 

Resumido de Redline S, Cook K et al.Adenotonsillectomy for Snoring and Mild Sleep Apnea in Children. A Randomized Clinical Trial. JAMA. 2023;330(21):2084-2095. doi:10.1001/jama.2023.22114

 

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