Torsión testicular intermitente

Alejandrina Lo Sasso y Esteban Rubinstein*

La torsión testicular es una emergencia quirúrgica y hay que actuar rápidamente porque se corre el riesgo de perder ese testículo. La consulta por dolor testicular agudo en los menores de 25 años es relativamente frecuente y el diagnóstico de torsión siempre debe plantearse.

Ante un niño o joven con un escroto agudo sin antecedentes de traumatismo el diagnóstico diferencial entre torsión y orquiepididimitis no es tan fácil pese a que están descriptas determinadas variables clínicas. Entre ellas, la presencia de náuseas y vómitos, el dolor incoercible y el reflejo cremasteriano y el signo de Prehn negativos son muy importantes y todo urólogo o uróloga infantil que se precie va a decir que el diagnóstico es clínico y que el ecodoppler es importante pero que no solamente no es imprescindible, sino que puede tomarse la decisión de intervenir quirúrgicamente a un paciente incluso con doppler normal cuando la clínica orienta hacia una torsión.

Igualmente, lo que nos interesa dirimir aquí es que existe una situación que es muy difícil de diagnosticar en la guardia y que se denomina “torsión testicular intermitente”. Justamente, es difícil diagnosticarla ya que su diagnóstico es eminentemente retrospectivo. Básicamente, lo que le pasa al paciente es que tiene dolor debido a una torsión que luego se detorsiona sola. En estos casos, cuando el paciente va a una guardia y se le realiza un ecodoppler habitualmente este no muestra las alteraciones del flujo sanguíneo que suelen encontrarse cuando la torsión está establecida y, además, suele mostrar una inflamación del epidídimo o la presencia de líquido escrotal que hace que el médico que está en la guardia se oriente hacia el diagnóstico de orquiepididimitis.

¿Qué hacer, entonces, ante un paciente menor de 25 años que nos viene a ver al consultorio y que nos cuenta que ha tenido un episodio de dolor testicular y que en la guardia fue manejado como orquiepididimitis?

Ante un solo episodio, la respuesta es clara: tuviste una orquiepididimitis, no es un cuadro grave, si llegás a tener otro dolor similar es importante que vayas lo antes posible a una guardia y que cuentes que ya te pasó esto una vez. Ahora bien, si este mismo paciente nos consulta porque ha tenido más de un episodio el diagnóstico de torsión intermitente debería primar y en este caso es preciso explicarle esto al paciente y decirle que sería conveniente hacer una consulta urológica. Igualmente, lo que queremos destacar aquí es que no existe un estudio que pueda hacerse cuando el paciente está asintomático para determinar si ese testículo está “flojo”. Por lo tanto, la decisión de hacer una orquidopexia preventiva tiene que charlarse con el paciente y la familia ya que por un lado se trata de una cirugía sencilla, pero por el otro uno trata de no invadir quirúrgicamente a una persona sana cuando esto no es necesario.

6 de noviembre de 2024
* Los autores son médicos de familia del Servicio de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital Italiano de Buenos Aires. Ambos integran el equipo de contenidos de PROFAM (Programa de Educación Continua de Medina Familiar).

 

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