El síndrome del túnel carpiano está caracterizado por atrapamiento nervioso más común en las extremidades superiores y afecta entre el 3 y el 5% de la población adulta.
Dependiendo de las rutinas y hábitos locales, diferentes especialidades participan en el diagnóstico y tratamiento del síndrome del túnel carpiano, incluyendo médicos de atención primaria, médicos ocupacionales, terapeutas ocupacionales, reumatólogos, neurólogos, cirujanos ortopédicos, cirujanos de mano, cirujanos plásticos y neurocirujanos.
Si bien el síndrome del túnel carpiano se considera un trastorno común y tratable, la clasificación de la gravedad del trastorno y la indicación de cirugía para el síndrome del túnel carpiano son difíciles y varían a nivel mundial.
En casos leves, el tratamiento no quirúrgico es el estándar para la atención inicial.
Una opción de tratamiento no quirúrgico son las inyecciones de corticosteroides, comúnmente utilizadas para muchas afecciones musculoesqueléticas, en el túnel carpiano, pero las prácticas varían a nivel internacional.
Estudio DISTRICTS
Acaba de aparecer un ensayo controlado aleatorio pragmático realizado en 31 hospitales en los Países Bajos.
Se incluyeron pacientes con síntomas de síndrome del túnel carpiano durante al menos 6 semanas, diagnóstico complementado con electromiograma o ecografía, y se asignaron aleatoriamente a inyección de corticosteroides en el túnel carpiano o derivación para tratamiento quirúrgico.
Se enviaron cuestionarios de seguimiento (escala de síntomas del túnel carpiano de 6 ítems [CTS-6] y QuickDASH) a los pacientes en siete ocasiones durante 18 meses de seguimiento.
CTS-6 es un cuestionario específico para el síndrome del túnel carpiano con una puntuación total de 6 a 30 (una puntuación más alta significa peores síntomas).
El QuickDASH es un cuestionario que evalúa la función y los síntomas de las extremidades superiores y contiene 11 ítems con una puntuación total de 0 a 100 (una puntuación más alta significa peores síntomas).
El resultado primario se definió como una puntuación CTS-6 menor de ocho a los 18 meses.
En total, se incluyeron 934 pacientes.
La población del estudio es representativa de la población con síndrome del túnel carpiano, con una mayoría de mujeres (58%) y una mediana de edad de 58 a 59 años (aunque no se recopilaron datos sobre la etnia).
De los pacientes asignados para recibir inyecciones, 228 (49%) de 465 se sometieron a cirugía durante el seguimiento.
De los que solo recibieron inyecciones, 52 (22%) de 237 pacientes recibieron múltiples inyecciones de corticosteroides (incluidos nueve que recibieron ≥4 inyecciones).
A los 18 meses, 243 (61%) de 401 participantes en el grupo de cirugía primero se habían recuperado y 180 (45%) de 404 se habían recuperado en el grupo de inyección primero (riesgo relativo 1,36; IC 95%: 1,19–1,56; p <0,0001).
Sin embargo, 228 (57%) de los 401 participantes del grupo cirugía se recuperaron sin necesidad de inyecciones adicionales ni cirugía, mientras que solo 54 (13%) de los 404 participantes del grupo inyección se recuperaron sin necesidad de procedimientos adicionales.
Esto refleja el beneficio a corto plazo de la inyección de corticosteroides y las molestias del postoperatorio, a menudo con dolor palmar y dolor relacionado con la herida, el grupo que recibió la inyección primero reportó menos síntomas durante las primeras 6 semanas, pero a partir de los 3 meses, el grupo tratado quirúrgicamente tuvo una mejor resolución de los síntomas.
Los autores también realizaron un análisis de sobrevida, mostrando una mediana de tiempo de recuperación de 9 meses después de la cirugía y 18 meses después de la inyección.
Un ensayo controlado aleatorizado previo, que comparó 80 mg de metilprednisolona con 40 mg de metilprednisolona e inyección de solución salina, mostró un retraso en la necesidad de intervención quirúrgica.
En el seguimiento a los 5 años, 101 (91%) de 111 pacientes se habían sometido a cirugía.
También existe la preocupación de que una inyección de corticosteroides pueda aumentar el riesgo de problemas en la herida y de infección posoperatoria si no ha transcurrido suficiente tiempo entre la inyección y la cirugía (se sugieren entre 3 y 6 meses).
Una revisión Cochrane, actualizada por última vez en noviembre de 2022, afirmó que no hay evidencia suficiente para concluir si la mejoría y los efectos adversos difieren entre el tratamiento quirúrgico y la inyección de corticosteroides y de qué manera.
Entre las limitaciones se incluyen el diseño controlado aleatorizado, el seguimiento prolongado y el uso de cuestionarios validados.
Las limitaciones incluyen la imposibilidad de enmascarar los tratamientos y la definición del síndrome del túnel carpiano (sin clasificación de la gravedad y con ambas opciones de tratamiento elegibles), así como el hecho de que las preferencias del participante o del médico podrían haber afectado al tipo de tratamientos adicionales. Sin embargo, estas limitaciones reflejan la realidad de la práctica clínica, y el estudio es adecuado para su adaptación a la práctica clínica.
El presente estudio corrobora que la cirugía es la mejor primera opción para el alivio duradero de los síntomas y que la inyección de corticosteroides solo retrasará el tratamiento definitivo.
Una inyección de corticosteroides podría ser una alternativa para los síntomas leves sin cambios neurofisiológicos.
Será interesante ver resultados futuros del análisis económico, que los autores planean publicar por separado y que se espera incluya los costos directos e indirectos de la atención médica.
Este estudio amplio y ambicioso proporciona a los médicos tratantes evidencia sólida de que la cirugía es la mejor práctica de tratamiento, relacionada con diversos factores, en el síndrome del túnel carpiano, una afección prevalente que causa mucho malestar, discapacidad y deterioro de la calidad de vida en las personas afectadas.
Se necesita un enfoque personalizado, y los médicos tratantes deben considerar y evaluar cuidadosamente cualquier enfermedad subyacente y concomitante asociada con el síndrome del túnel carpiano para predecir y tratar dichas enfermedades y prevenir el síndrome del túnel carpiano recurrente.
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