Los médicos de familia atienden con frecuencia a pacientes con delirio, especialmente en urgencias, en centros de hospitalización y en centros de atención a largo plazo.
La fragilidad es un factor predisponente importante para el delirio.
A medida que la población envejece, la carga sanitaria del delirio aumentará, lo que requiere un enfoque coordinado en todos los niveles del sistema de salud, incluyendo el de los profesionales clínicos.
El delirio es potencialmente reversible y requiere una evaluación urgente debido a sus graves implicaciones negativas para la mortalidad, el sufrimiento del paciente y su cuidador, el riesgo de demencia y la institucionalización.
Una aproximación importante en el diagnóstico es el DIMS- PLUS5 por su acrónimo de qué evaluar.
Descripción general del marco DIMS-PLUS5
DESENCADENANTES DEL DELIRIO | EVALUAR POR… |
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Drogas | Intoxicación o sobredosis, abstinencia o efectos secundarios delirantes debido a lo siguiente: alcohol, cannabinoides, drogas recreativas, sedantes o benzodiazepinas, anestésicos, anticolinérgicos o antihistaminérgicos (p. ej., dimenhidrinato, difenhidramina, antiespasmódicos, relajantes musculares), antidepresivos, antipsicóticos, anticonvulsivos, narcóticos (incluidos los que causan neurotoxicidad inducida por opioides), esteroides, dopaminérgicos (p. ej., combinación de levodopa y carbidopa), digoxina, litio y medicamentos que contienen metales pesados o toxinas. |
Infección | Infecciones tales como infecciones respiratorias, del tracto urinario, celulitis y bacteriemia. |
Metabólico | Desencadenantes metabólicos como hipoxia, hipercapnia, hiperglucemia, hipoglucemia, anomalías hematológicas (p. ej., anemia, hipereosinofilia), anomalías electrolíticas (p. ej., sodio, calcio, magnesio, fosfato), insuficiencia renal, insuficiencia hepática, disfunción tiroidea, pituitaria o suprarrenal y anomalías ácido-base. |
Estructural y de sistemas | Factores neurológicos (p. ej., ACV, encefalitis o encefalopatía, hemorragia intracraneal, tumor, traumatismo craneoencefálico, convulsión o estado epiléptico no convulsivo), factores cardiopulmonares (p. ej., shock, crisis hipertensiva, insuficiencia respiratoria, síndrome coronario agudo, arritmia, ICC, embolia pulmonar) y cualquier otro evento médico o quirúrgico agudo. |
Dolor | Dolor mal controlado. |
Líquidos y sólidos | Deshidratación y desnutrición, incluidas deficiencias de macronutrientes y micronutrientes (por ejemplo, tiamina y vitamina B12) y dietas restrictivas. |
Orina e intestinos | Retención urinaria y estreñimiento. |
Sentido | Déficits de visión, audición o comunicación no corregidos. |
Dormir | Malos hábitos de sueño (por ejemplo, sueño interrumpido, siestas) |
Configuración | Entorno disruptivo o desconocido, falta de dispositivos de orientación, ausencia de señales naturales día-noche, aislamiento social o falta de presencia familiar. |
Estasis | Restricciones (incluidos equipos de inmovilización como vías intravenosas, catéteres urinarios permanentes, tubos, drenajes) o desacondicionamiento |
Estrés | angustia psicológica |
Pruebas indicadas para pacientes con delirio.
Los siguientes están indicados para la mayoría de los pacientes:
- Hemograma completo
- Panel metabólico completo (es decir, análisis de sangre para medir los niveles de albúmina, nitrógeno ureico en sangre, calcio, creatinina, electrolitos, glucosa, enzimas hepáticas [incluidas pruebas de función hepática], magnesio y fosfato)
- TSH
- Gases en sangre
- Hemocultivo
- Análisis de orina
- Radiografía de tórax
- ECG
En estos pacientes es importante optimizar lo siguiente: control del dolor, idealmente a través de los regímenes programados más seguros disponibles (dolor); hidratación oral y nutrición asegurando una ingesta adecuada de nutrientes, con consideración adicional para multivitaminas diarias o reemplazo de tiamina o ambos (líquidos y sólidos); hábitos intestinales y urinarios, con preferencia por cateterización intermitente para tratar la retención urinaria (orina e intestinos); visión, audición y comunicación, abordando déficits mediante el uso de anteojos, dispositivos de amplificación e intérpretes cuando sea apropiado (sentidos); hábitos de sueño, centrándose en medidas no farmacológicas y disminuyendo las alteraciones nocturnas (sueño); estrategias de reorientación evitando transiciones ambientales innecesarias, teniendo una habitación tranquila con ventanas e involucrando la presencia familiar y posesiones familiares (entorno); actividad física y evitar estasis venosos; y estrategias de manejo del comportamiento (estrés).
Se ha demostrado que los programas basados en estos principios de optimización, como el Hospital Elder Life Program, son eficaces para prevenir el delirio.
Referencia:
https://www.cfp.ca/content/68/12/897