La escoliosis se produce por la deformación tridimensional de la columna. La forma clínica más frecuente es la idiopática que se manifiesta en la adolescencia, pero empieza a desarrollarse en la pubertad. A menor edad, más riesgo de deformidad, por eso, ante la presencia de un niño con trastornos de la alineación (test de Adams) se deberá tener en cuenta si inició los cambios del desarrollo puberal o no.
Los factores (genéticos, ambientales o biomecánicos) que pueden desencadenar la escoliosis no son claros y continúan bajo evaluación. Pero la población general y la comunidad médica se hacen preguntas sobre la etiología y el pronóstico que aún preocupa mucho.
La sobrecarga de peso en las mochilas escolares ¿puede generar escoliosis?
Ni el modelo de mochila ni su peso se asocian con mayor riesgo de desarrollar escoliosis en el paciente sano. Sin embargo, en pacientes que ya presentan escoliosis, se recomienda llevar la mochila de forma simétrica y que su peso no exceda el 10% del peso del adolescente, por posibles empeoramientos de la curvatura, evento observado en algunos estudios.
¿Algún tipo de deporte o ejercicio físico puede generar escoliosis en el paciente sano?
Se ha encontrado mayor riesgo de desarrollar escoliosis entre los que practican natación profesional y ballet, sobre todo cuando el entrenamiento empieza antes de los 7 años de edad.
¿Entre las mujeres adolescentes con escoliosis ¿existe mayor prevalencia de problemas en la salud sexual en la vida adulta o en sus embarazos?
Como la mayoría de los pacientes con escoliosis son niñas, los padres se preocupan por si la escoliosis o su tratamiento (con ortopedia o cirugía) afectará su salud sexualsin embargo, la información al respecto de esta pregunta es muy escasa. Se encontraron iguales tasas de matrimonio entre las niñas tratadas con ortopedia vs las tratadas con cirugía. Las limitaciones por dolor de espalda fueron mayores en ambos grupos, comparada con las mujeres sin escoliosis. Las limitaciones en la actividad sexual de ambos grupos también fue mayor que en las mujeres sanas, dichas limitaciones obedecían más a la autopercepción de la figura corporal, que a dolores que limitaban la actividad.
Diferentes estudios han observado que las tasas de nuliparidad, entre las mujeres con escoliosis, son mayores que las pares sin escoliosis, pero de forma no significativa. Se observó también una tendencia mayor a requerir tratamientos de fertilidad.Aunque las expectativas de maternidad y número de hijos deseados, parece ser el mismo entre las mujeres con y sin escoliosis, un estudio observó que las mujeres con escoliosis tratadas de forma ortopédica alcanzaron su primer embarazo a edades mucho mayores que las tratadas con cirugía, y de forma significativa.
Si bien, en general, los embarazos no acentúan la curva de la escoliosis, la progresión puede ocurrir y dependerá del grado de desviación previo al embarazo. A mayor desviación previa, mayor riesgo de empeoramiento.
Con relación a las consideraciones anestésicas de partos y cesáreas, los nuevos estudios reportan que existe una alta tasa de éxito en administrar anestesia peridural entre las mujeres que fueron operadas, y mayor tasa de fallas entre las que se trataron de forma conservadora.
Otra gran preocupación de los padres al momento del diagnóstico es si sus hijos deberán hacer tratamiento o no y si perderán movilidad y calidad de vida en la adultez.
Si bien se piensa que, por el trastorno de la alineación y los dolores a repetición, entre los niños con escoliosis, la práctica de actividad física va a estar reducida en la adultez, los últimos estudios muestran que la práctica de deportes de intensidad leve a moderada entre los adultos con escoliosis y sin ella es la misma. Cuando se comparan los subgrupos de operados vs tratamiento no invasivo, los últimos son quienes tienen más nivel de participación.
En el estudio de Danielsson, los pacientes operados vs los no operados en la niñez, fueron evaluados con los cuestionarios sobre calidad de vida SF-36 y SRS-22 y los resultados para ambos grupos fueron similares. Pero los resultados de este aspecto son muy dispares en los diferentes estudios, porque otros sí observan que a los operados les puede ir peor, sobre todo cuando más inferior es la fusión vertebral, peor será la calidad de vida (a los pacientes con cirugías por debajo de la L2 parecería que les va peor).
Para terminar, un aspecto que resulta interesante destacar es que todas las preguntas planteadas pudieron ser respondidas desde la atención primaria, donde el rol del médico general, aunque no suficiente, sigue siendo fundamental para acompañar a las familias en su cuidado, intentando responder a sus preocupaciones, y participando de la investigación para aclarar las dudas (mitos urbanos) que se van formando.