Las personas con anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón tienen altas tasas de depresión a lo largo de la vida (76,3% para la bulimia nerviosa, 65,5% para el trastorno por atracón y 49,5% para la anorexia nerviosa)
Además tienen tasas más altas de intentos de suicidio que aquellos sin trastornos alimentarios.
La anorexia nerviosa se asocia con una tasa de mortalidad de 5,1 muertes por 1000 años-persona (IC 95%, 4,0-6,1), casi 6 veces mayor que la de los individuos de la misma edad sin anorexia nerviosa.
El 25% de las muertes entre las personas con anorexia nerviosa son por suicidio.
Los tratamientos de primera línea para los trastornos alimentarios incluyen apoyo nutricional, psicoterapia y farmacoterapia.
Las terapias centradas en el comportamiento, incluida la terapia cognitivo-conductual, pueden ser efectivas, especialmente para la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
Los jóvenes con anorexia nerviosa se benefician del tratamiento basado en la familia con supervisión de la alimentación por parte de los padres, lo que resulta en una tasa de remisión a los 6 a 12 meses del 48,6% frente al 34,3% con el tratamiento individual (odds ratio, 2,08; IC del 95%, 1,07-4,03; P = 0,03).
La fluoxetina y otros antidepresivos disminuyen los episodios de atracones en individuos con bulimia nerviosa, incluso en aquellos sin depresión (fluoxetina versus placebo, diferencia de medias estandarizada = -0,24 [tamaño del efecto pequeño; IC del 95%, -0,41 a -0,08]).
Los antidepresivos y el estimulante del sistema nervioso central lisdexanfetamina reducen la frecuencia de atracones en el trastorno por atracón en comparación con placebo (antidepresivos versus placebo, diferencia de medias estandarizada = −0,29 [tamaño del efecto pequeño; IC del 95%, −0,51 a −0,06]; lisdexanfetamina versus placebo, Hedges g = 0,57 [tamaño del efecto medio; IC del 95%, 0,28-0,86]).
Actualmente no existen medicamentos efectivos para el tratamiento de la anorexia nerviosa.
Las personas con complicaciones médicas o psiquiátricas graves de trastornos alimentarios como bradicardia o tendencias suicidas deben ser hospitalizadas para recibir tratamiento.
Conclusiones y relevancia
A nivel mundial, los trastornos alimentarios afectan del 2% al 5% de las personas a lo largo de su vida y son más comunes en mujeres que en hombres.
Además de los cambios de peso, los trastornos alimentarios pueden causar anomalías electrolíticas, bradicardia, alteraciones en las hormonas reproductivas y disminución de la densidad ósea, y se asocian con un mayor riesgo de depresión, ansiedad e intentos de suicidio.
Los tratamientos de primera línea de los trastornos alimentarios incluyen apoyo nutricional, psicoterapia y farmacoterapia.
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