Cuando planificamos un viaje, sobre todo cuando el destino es lejano, se nos presenta la necesidad de armar un pequeño botiquín con elementos y medicación que eventualmente podríamos necesitar. No es sencillo a veces decidir qué incluir, por eso en este artículo brindamos algunas sugerencias.
Dentro del botiquín, podemos incluir una cinta adhesiva, gasas, venda inelástica, algún antiséptico (alcohol, agua oxigenada o povidona iodo), tijera y pinza (útil para extraer una astilla o una espina.
Además de la medicación crónica personal, podemos incluir fármacos de venta libre que pueden ayudarnos a resolver algunos síntomas relativamente frecuentes.
¿Qué medicación llevar?
- Antidiarreicos
- Antiácidos
- Analgésicos
- Antialérgicos
- Loción de calamina
- Crema para distintos tipos de dermatitis
Antidiarreicos
La diarrea del viajero suele ser un problema relativamente frecuente, para prevenirlo, según el lugar al que se viaje, puede ser recomendable evitar el consumo de alimentos crudos y bebidas que no se consideran potables, además de mantener la higiene de las manos. La diarrea del viajero típicamente acuosa y afebril puede tratarse con un antidiarreico como la loperamida en comprimidos de 2 mg, su acción puede demorar alrededor de dos horas por lo que conviene esperar este tiempo para observar una respuesta, y se puede repetir la toma por boca con cada deposición. Lo más importante es la hidratación con agua potable o bebidas con sales minerales. Ante la presencia de vómitos que no permiten la ingesta de líquidos, fiebre elevada, somnolencia/obnubilación y/o sangre en la materia fecal se recomienda la consulta médica.
Antiácidos
Al consumir alimentos diferentes a los de la dieta habitual, pueden presentarse síntomas de acidez o ardor estomacal, frecuentemente asociado al consumo de café, grasas y alcohol, más aún si hay antecedentes de gastritis o reflujo gastroesofágico. La pirosis o acidez consiste en una sensación amarga o de ardor, dolor o quemazón en el estómago, el pecho y/o la garganta. El uso de antiácidos como el omeprazol de 20 o 40 mg en ayunas, o de fármacos similares como el pantoprazol, lansoprazol, esomeprazol o dexlansoprazol son de utilidad en estos casos tanto para aliviar el síntoma como para evitar el empeoramiento. Estos medicamentos pueden tomarse todos los días o bien cuando aparece la acidez, y son muy eficaces para calmarla.
Algunas personas pueden confundir un problema estomacal con un ataque cardíaco, por eso, es preciso consultar en forma urgente en una guardia si la acidez es muy fuerte, o si se presenta acompañada de falta de aire, dolor que se extiende al cuello, o al hombro, o transpiración abundante. También es necesario consultar inmediatamente si la acidez aparece con vómitos de sangre o deposiciones negras o sanguinolentas ya que en estos casos debe descartarse un sangrado digestivo.
Analgésicos
Tanto el paracetamol (menos agresivo para la mucosa gástrica) como el ibuprofeno son analgésicos de venta libre que pueden ser utilizado para diferentes tipos de dolor, ya sea una cefalea, una lumbalgia, un esguince, un dolor de oídos o un dolor de muelas. Se recomienda no superar la dosis diaria de 3 gramos con el paracetamol, es decir que se puede usar desde un comprimido de 500 mg por única vez, o 500 mg cada 6 u 8 horas y hasta 1 gramo cada 8 horas. Respecto del ibuprofeno, se puede probar una dosis de 200 a 400 mg que se puede repetir cada 6 hs, o dosis de 600 mg cada 6 u 8 horas, la dosis máxima diaria es de 3.200 aunque en general no se indican dosis superiores a 2.400 mg por día. En cuanto a las dosis siempre se recomienda utilizar la que sea menor y al mismo tiempo efectiva.
Para las personas que presentan antecedentes de úlcera gástrica o sangrado digestivo reciente, deterioro de la función renal o hipertensión arterial se prefiere el uso de paracetamol.
Otro antiinflamatorio para considerar en el botiquín es la aspirina aunque no para utilizar en primera instancia como analgésico, sino porque es una droga que ante un dolor de pecho en un adulto, si sospechamos un ataque cardíaco, podemos mejorar el pronóstico masticando un comprimido de concentración regular, al mismo tiempo que se solicita asistencia médica de emergencia. Se debe tener en cuenta que la persona no sea alérgica a la aspirina, haya tenido un sangrado reciente o use anticoagulante.
La aspirina no debe usarse en niños.
Antialérgicos
La loratadina, la cetirizina o la fexofenadina, son fármacos denominados antihistamínicos que pueden ser utilizados ante una reacción alérgica tipo urticaria (erupción en la piel rojiza, levemente sobreelevada que puede aparecer y desaparecer en distintas partes del cuerpo, siendo en general pruriginosa – es decir provocando picazón-), rinitis alérgica (estornudos, goteo nasal), ojos llorosos y pruriginosos o reacción a la picadura de un insecto. Si la reacción alérgica implica un edema significativo (hinchazón) de lengua, labios, párpados o cara, o se asocia a la sensación de falta de aire es conveniente realizar una consulta a la urgencia médica.
Algunas personas con antecedentes de anafilaxia pueden tener indicado por su médico llevar un autoinyector de epinefrina.
– Loción de calamina (Caladryl®)
La loción de calamina puede ser útil para reducir la sensación de picazón y la inflamación causada por diversas condiciones, como picaduras de insectos, alergias y quemaduras leves. Se coloca de forma tópica sobre las lesiones.
Cremas
Algunas cremas son una combinación de un antimicótico, un antibiótico y un corticoide (por ejemplo miconazol, gentamicina y betametasona), estas combinaciones pueden ser de utilidad, al menos durante el viaje, para aliviar inflamaciones de la piel de diversas causas.
Algunas recomendaciones
Algunos viajes presentan mayor riesgo para la salud que otros, en particular los que tienen como destino áreas rurales, tropicales o selváticas.
Las medidas preventivas generales que uno debe tomar en estos casos son: lavarse las manos antes de comer, no ingerir alimentos crudos (carne, mariscos, pescado, verduras de hoja) y frutas sin pelar, no comer la comida que se vende en la calle, utilizar agua envasada o bebidas envasadas, no usar hielo salvo en sitios donde se garantiza que está preparado con agua envasada, usar repelentes de insectos en lugares con enfermedades transmitidas por mosquitos tales como dengue, fiebre amarilla o paludismo (los repelentes deben contener por lo menos 15% de DEET, que es una sustancia que repele al insecto), cepillarse los dientes con agua mineral, evitar realizarse tatuajes, piercings e inyecciones.
Es recomendable realizar una consulta médica dos meses antes de viajar ya que, dependiendo del destino, algunos problemas de salud pueden prevenirse mediante vacunas (como la de la fiebre amarilla) o medicamentos (como en el caso de la malaria o paludismo).