Vitamina D, lejos de la panacea

En los últimos años la medición y la prescripción de vitamina D ha adquirido un lugar en las consultas, debido en gran parte a la importancia que algunos representantes de la comunidad médica le han otorgado y también a la presión de la industria farmacéutica para su instalación. Sin embargo, la evidencia científica basada en estudios de calidad no sostiene esta relevancia.


¿Qué nos muestra la evidencia científica?


Numerosos estudios y revisiones de estudios demuestran la ausencia de evidencia científica que justifique la medición y la suplementación de vitamina D. Se ha evaluado (ver referencias) la suplementación de vitamina D en relación al riesgo de fracturas, cáncer, enfermedad cardiovascular, depresión, diabetes, riesgo de caídas entre otras condiciones y se ha encontrando que la recomendación de indicar vitamina D
en la población adulta sana resulta inútil a los fines de la prevención de estas patologías.


Sin embargo, la contundente evidencia en contra de medir y suplementar la vitamina D en la población sana, no parece tener el mismo alcance que los relatos acerca de los incomprobables beneficios.


Nos preguntamos entonces ¿Por qué se ha implementado esta práctica?


Algunas investigaciones encontraron una asociación entre la vitamina D y las patologías antes mencionadas, y muchos basan sus argumentos en estas asociaciones, pero hay que ser claro en que una asociación no implica causalidad. Por ejemplo, podemos asociar el uso de casco a los accidentes en moto. Si bien hay una asociación podemos deducir, sin hacer ningún estudio, que la causa de los accidentes en moto no se debe al uso de cascos. De igual forma, las asociaciones relacionadas con la falta de vitamina D o con su suplementación con las patologías antes dichas no establecen una causa y un efecto.


El New York Times realizó hace pocos años una investigación en la que expuso los conflictos de intereses de algunos representantes de asociaciones médicas que influyeron en la opinión de la comunidad en general y en la de los mismos profesionales de la salud a favor de la vitamina D, lo que resultó en un incremento del
547% en  2016 con respecto al 2007 en la solicitud del dosaje de Vitamina D en sangre, siendo el consumo de vitamina D, 9 veces superior en la última década en EEUU. Probablemente, no exista una contrapartida tan exitosa.


Acerca de la medición de vitamina D


También debemos mencionar que alrededor del 80 % de la población general presenta valores que se consideran bajos de vitamina D en sangre de acuerdo a los parámetros establecidos, aunque los valores normales de vitamina D no están claramente estandarizados. Además, las mediciones pueden diferir de un laboratorio a otro y los resultados pueden variar de acuerdo a la estación del año en que se realice.


Por qué hacer hincapié en evitar la medición de la vitamina D 


Cada vez que se mide la vitamina D, está implícita la posibilidad de encontrar valores aparentemente bajos, con el consecuente requerimiento de suplementos y futuras mediciones y visitas médicas, sumando una preocupación respecto de la salud innecesaria. Por otra parte, el exceso de vitamina D puede tener efectos indeseables, como por ejemplo favorecer la presencia de cálculos en la vía urinaria. 


La exposición al sol y el consumo de alimentos ricos en vitamina D parecen ser suficientes para cubrir las necesidades en la población general.


La fortificación de los alimentos, la medición en sangre a millones de personas, la incorporación de medicación en otras tantas y el posterior seguimiento médico, son medidas de gran impacto que deberían justificarse en un beneficio claro. La participación necesaria de la vitamina D en el metabolismo humano no es razón suficiente para someter a la población general a estas estrategias. Debemos antes demostrar que suplementando la vitamina D logramos modificar la salud de las personas, y hasta el momento los estudios demuestran lo contrario.

 

Dado que los pacientes sanos pueden recibir distintas opiniones respecto de la necesidad de realizar o no este tipo de análisis en sangre (dosaje de vitamina D) incluso desde los mismos profesionales de la salud, nos pareció importante explicar las razones por las que, desde nuestra perspectiva, desaconsejamos esta práctica. Como es de suponer, existen algunas condiciones médicas específicas que pueden requerir la medición de la vitamina D, pero no son el motivo de este texto.

 

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