Sabernos instrumentos del cuidado de los otros nos hace pensar en nuestro propio cuidado. Como cualquier instrumento, es bueno sentirnos calibrados.
Cotidianamente nos pasa que intentamos dar lo mejor, nuestro conocimiento y también nuestra contención, a aquellos que atendemos. Pero también nos pasa que nos cansamos, nos sentimos sin energía, sobre todo después de algunas consultas en las que pusimos mucho el cuerpo y el alma. Desde PROFAM creemos que es más fácil cuidar a otros con otros, es decir, acompañados. Por eso pensamos en un espacio que sea para cuidarnos a nosotros, los médicos. Queremos armar una red en la que podamos compartir algunos tips para rescatarnos en el medio del trajín.
Sabemos que el cuerpo responde a nuestras emociones casi automáticamente. Podemos verlo fácilmente cuando sentimos miedo o enojo… Nuestra invitación es intentar que suceda al revés, que sea ese mismo cuerpo el que lleve alivio a nuestra mente y a nuestro sentir.
Es cuestión de darnos un momento para reciclarnos.
Comencemos: